La nueva Tornado: misma alma, nuevo corazón

A primera vista, conserva esa silueta esbelta que la hizo famosa. Alta, ligera, lista para ensuciarse.

La XR300L no pretende ser una moto futurista: prefiere ser fiel a su espíritu clásico. Pero bajo esa apariencia nostálgica, late un motor monocilíndrico de casi 300 cc, con embrague antirrebote, suspensión de largo recorrido y full LED, lista para la aventura moderna.

En la jungla urbana: ágil como el viento

Moverse entre autos, filtrar el tráfico y esquivar baches es su hábitat natural.

Es alta, sí, pero una vez en marcha se siente liviana, casi flotando entre el caos.

El embrague suave, el freno trasero de disco y su peso contenido hacen que todo se sienta bajo control. Es la moto que te invita a salir temprano, perderte un rato y llegar con una sonrisa.

En el camino de tierra: el Tornado despierta

Basta con dejar atrás el asfalto para que la XR300L muestre su verdadera cara.

Los caminos de ripio, las pendientes y los senderos son su terreno de juego.

No tiene el botón para desconectar el ABS —detalle que los más puristas notarán—, pero su equilibrio entre potencia, torque y tracción la hacen confiable incluso en los terrenos más caprichosos.

La suspensión absorbe todo y el manillar, con una postura natural, te da la sensación de que podrías seguir viajando sin mirar atrás.

Detalles que acompañan la aventura

• Motor 300 cc monocilíndrico con buena entrega de torque.
• Peso liviano y centro de gravedad equilibrado.
• Embrague antirrebote y frenos ABS.
• Panel digital sencillo, pero visible bajo el sol.
• Autonomía cercana a 400 km por tanque.

Cada detalle está pensado para quien no busca velocidad, sino libertad.

Más que una moto, una compañera

La XR300L Tornado no necesita convencerte con tecnología ni gadgets.

Su encanto está en lo esencial: una moto que te hace parte del camino, no solo del destino.

Ideal para quienes aman lo simple, lo auténtico y lo duradero.

Porque la aventura no está en llegar rápido, sino en disfrutar cada kilómetro.